Las palabras, el contacto físico… ahora son más necesarios que nunca. Algunas estrategias que pueden resultarte útiles:
Comparte tus sentimientos de alegría, esperanza, tristeza, impotencia, temor… tú decides cuándo y hasta dónde compartir.
Si puedes, hazle saber todo lo que te está ayudando, por ejemplo “Gracias por ayudarme a preparar la cena a los niños. Me siento bien cuando os veo juntos y siento que puedo descansar”.